lunes, 3 de septiembre de 2018

Y el cielo se tiñó de negro...

Cobarde, loco, débil...
me atreví a decir,
de aquel que se quita la vida...

Y hoy os entiendo, te entiendo muy bien.
En la soledad más absoluta..de mi yo más sincero; frente a mi yo derrotado.

Vienen a mí recuerdos, todos de dolor. Sueños. Todos sin cumplir.
Hoy me siento mayor. El resultado de haber vivido luchando, sin facilidades, sin ayuda.
Sola por la escuela de vida. Esa enseñanza que hace crecer y que, en ocasiones, como hoy,
mata.

Vienen a mí imágenes de cuando era pequeña y todo era posible.
Y las traspaso al presente, para contarle la verdad...
Mariposas que jamás se posaron, abrazos de manos que no nacieron, catorces de febrero sin nada que celebrar. Anillos simbolizando nada, camas deshechas de un lado. Vestidos blancos sólo para mirar...


Me ha tocado vivir lo de otros, sin tí, sin vosotros. Me ha tocado vivir, un nosotros vacío. Un nosotros de uno. Ninguno.
Condenada antes de tiempo. Y por el tiempo...
Seguir por el camino equivocado, y la suerte que va por otro.



Hacer el último esfuerzo, jugártela...y perderlo todo.

Y hoy os entiendo, muy bien.
Entre lágrimas y con la más devastadora realidad entre mis manos...yo también quiero.
Descansar. Parar. Olvidar. Quiero silencio.

Quiero que todo termine. Y no siento el dolor de los que me echarán de menos...
Porque ellos seguirán, sabrán reponerse. Yo no.

Seguir es alargar la agonía...
No me consuelan las palabras, ni me valen los futuros...ya es tarde.

Una vez que te quitan todo...lo único que te queda es tu propio abrazo...
Y duele que seas tú quien te abraces
Y duele que seas tú quien hables contigo misma...
Y duele que el mundo siga...
Y duele que nadie entienda que debajo de los fuertes, de los luchadores, de los que toman las riendas y los riesgos...hay un corazón pequeño que sangra, que muere...

Y hoy os entiendo, muy bien.
Porque añoro la paz del silencio más absoluto.
Añoro tener ilusiones, volver a ser una niña.
Respirar y que no duela...
Añoro la vida que imaginé...
y que no podrá ser...
No quiero recorrer el camino sola.

Ataré mis anhelos a un globo, para que no imaginen, para que no se atrevan a volar por las estrellas que una vez brillaron para mí. Los ataré para que tengan caducidad. Para que duelan menos. Los ataré a mis derechos a ser feliz. En corto. Los ataré a los suspiros y el alma cansada. A las plegarías, al abandono y al miedo extremo...
 
Cobardes, locos o débiles,
Desgraciadamente, hoy os entiendo...

Sólo puedo decir, que siento lo que os tocó vivir.

Y espero que vuestra alma, hoy, descanse en paz.




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