miércoles, 2 de mayo de 2018

Escucho la música...buscándote a tí.

Suena música a lo lejos...parecida al llanto sordo del dolor.
Estoy dando los últimos pasos para poder hacerte realidad.
Detrás de mi dejo muchos errores, oportunidades perdidas.
Lágrimas y silencio.

Continúa el violín, añejo, triste, agónico...como el consuelo
del que ha perdido un ser querido.
Susurra: ya pasó...se fué para siempre...
Soledad y miedo.

Nota tras nota, te destruye y te hunde. Sal en las heridas...
Pienso: ¿Por qué no existes?

Y la melodía entra en adagio. Imágenes de un amor perfecto,
anhelado...

Un san valentín con cartas de amor y mensajes velados...
noches que te abrazan, sin decir nada. Todo.
Mirarnos y sonreír. Pensar para sorprender. Ilusionar para hacer feliz.
A otro. A mí. A dos.
Dos almas que se buscaban desesperadas, que se soñaban...
Dos cuerpos hambrientos de otro cuerpo.
Dos mortales jugando a la inmortalidad con sueños de futuro, de más.
Dos nacidos para amar, para sentir, para acompañar.

Un camino juntos..
Un sólo espacio..
Una canción
Una vida.

Pero la música se acaba...con el silencio más atronador...

Y continúo respirando, mirando al frente, preguntando al aire:
- ¿Por qué no existe?

Y vuelvo a poner la misma música, esperando el momento álgido.
Para imaginarlo. Me emociona tanto que lo presiento.
Tanto, que siento que lo pierdo...

Un piano, con notas lentas, meditadas...

La magia de un momento que se hace eterno...

La música es amor buscando palabras (Lawrence Durrell)
Y yo la escucho, buscándote a tí...