sábado, 15 de septiembre de 2018

Te echo tanto de menos pequeña...

Recuerdo...

El abrazo de la muñeca que me habían traído los Reyes. Y que me encantaba.  Mi tesoro, mi confidente.

Algo parecido a una mejor amiga. Sentada, escuchándome. Y yo le hablaba. Como si fuera a entenderme...

Recuerdo cerrar los ojos mientras la apretaba. Era liberador. Extrañamente me calmaba y me daba calor. Un abrazo verdadero, donde era yo.

Recuerdo tu sonrisa, inocente, sincera. Tus sueños. Ser veterinaria para cuidar animalitos, científica para descubrir la cura de una enfermedad y hasta ser cantante. La más famosa del mundo.

Recuerdo seguir jugando con la cara ardiendo por un golpe, dado para calmar los nervios de alguien. La hora siguiente a la tempestad. La tranquilidad de saber que un día terminará. Seré mayor y me iré, decía...

Recuerdo leer libros de príncipes y princesas. Levantar la vista, soñar que él me besaba...y sonreír.
No sabía dónde iba a terminar mi vida, pero sí, con ese alguien misterioso y extraordinario. Ese, que no existiría...

Cómo cambia la vida...Recuerdo ser capaz de olvidar el dolor, de perdonar aunque me hicieran daño...todo por formar parte de algo, de alguien.

Hoy, prefiero estar sola, a pertenecer, previo peaje de mis valores. Hoy, prefiero el respeto. Elijo a mí yo más auténtico.

Me acuerdo cuando sabía algo y no lo decía. Por miedo, por una absurda lealtad a los que no la merecían.

Te recuerdo muy bonita. Me habría gustado tener una hija como tú, con la única salvedad que yo te habría cuidado. Te habría querido sin reparos.


Condicional, que tiempo más aterrador e inamovible. Te recordaré, en futuro, chiquitita y con la ilusión de tener toda una vida por delante.

Te echo tanto de menos... eres, en el presente, sin duda alguna, lo mejor de mí. Lo mejor de mi vida.



No hay comentarios:

Publicar un comentario