sábado, 11 de junio de 2016

Borja.



Jamás un madrileño se sintió tan Leonés como tú. Has situado en el mapa a Viandangos de Arbas, en el corazón de montañas y en el de todos los que hemos estado allí. Por tí.









Te conocí siendo un niño, el pequeño de la "Dirfi", y a lo largo
de estos años, hemos vivido momentos que pocos vivirán.
No sé cual seleccionar...y cual no.

El que nunca olvidaré será el ataque de risa de una hora, por un mail, que no puedo explicar por su contenido X. Todos enfadados y nosotros sin parar de llorar. Y sin poder mirarnos.

Pudiste entrar en el record Guinnes. Una pena no haber contado todos...yo me quedé por el 2.345 estornudos seguidos (en aquel ataque de alergia) Creí que perdías la nariz...

No todo es bueno...me apuñalaste de forma trapera votando por TÚ canción de "Maradona" (para dejarme tirada como una colilla)




Gracias a que iba contigo, cené. El camarero de Mallorca que me ignoraba y sólo hacía caso a su Alteza Real Borja de Presa el Grande II.

Y con camareros, tenemos algo especial...Nosotros somos los únicos que hemos visto al único del mundo que tenía poderes supersónicos y podía tomar nota de espaldas.


No recuerdo si era el mismo, pero unos momentos más tarde fue poseido por "María de las Mercedes, que en paz descanse"
La bandeja y su cabeza hacían un ángulo
perfecto de 180º.


Hemos estado pluriempleados: Cuando nos contrataron (sin nuestro permiso) para vigilar un chiringuito de helados en Mallorca.

Conocimos al niño con las vegetaciones más grandes del mundo: Menudos ronquidos daba en el concierto de las cuevas del Drach (lo que nos dejó oir)

Hubo un día que dejamos de ser un equipo para ser TÚ EL ARTISTA INVITADO, recogiendo los premios de la GFC (todavía te la tengo guardada, humilde) No tuve narices a pillar una copa.

Y por supuesto, sabemos que la melanina tu cuerpo no la segrega bien, porque una ráfaga de aire te achicharró en Almería y mi abuela te puso paños de vinagre...

En fin, tenemos mil anécdotas, pero si tengo que escoger, me quedo con nuestras risas, tu superación personal, tu inteligencia y tu lealtad.


Eres mi amigo, y puede que haya días en los que no tengas fuerzas. No te preocupes. Yo estaré ahí con las mías y siempre, siempre, saldremos adelante. Ya sabes, que tambien has sido mi alegría, cuando yo lo necesité. Y no sé si alguna vez te lo he dicho. GRACIAS.



Me alegro que siempre estés a mi lado, y aunque los caminos de la vida nos lleven por lugares diferentes, siempre te buscaré, primero para asegurarme de que estás bien. Y segundo, para recordarte que eres una persona muy especial para mucha gente. AMIGO.

Un beso enorme y muchas felicidades.

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